martes, 6 de diciembre de 2016

Tu mirada



Es tan magnifico, ver como sin quitar tu mirada de la mía llegas hacía mi, esa espera, segundos eternos, similar a la espera que hace la arena al sentir que llegará el mar con su dulce caricia y la llenará de él, así es la mía, prodigiosa lucha, querer que llegues hacia mi y querer que sigas con esa mirada simplemente cautivadora.


Así como ese mar que en un principio era solo caricia lo que le servía a la arena, con un suave viento, desencadena un pequeño oleaje, haciendo perder su aspecto tranquilo comenzando un devenir de estremecimientos, así es tu llegada, así necesito estar a tu lado, desequilibrando mi armonía.

De esa forma, suave, comienzas mi libertad,  como el principio de una gran tempestad, sutil, dúctil, sigues el juego, el constante martilleo de oleadas sensuales, sentimientos me hacen vibrar cerca de ti, vas haciendo surco como las olas en la arena marcándolas en un vaivén de constante entrega, como la de ella es la mía, quiero esa sensación, quiero tus manos en mi cuerpo, tu voz en mi oído, tu aliento cerca de mi boca.

Solo sabemos ambos lo que entregamos, no es solo placer, sin sentido, o unos simples minutos que nos damos el uno al otro, es algo mayor, es la sensación de mirar por el borde de un acantilado, sujetos con una gran cuerda, con la seguridad que da saber que no puedes caer y contemplar la vista que nos ofrece ese poder, así es lo que disfrutamos de nuestro amor, ese es el sentido de mi vida y… ¿de la tuya?

Carmen

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