jueves, 9 de julio de 2009

Un puente invisible




Existe un quebranto que no deja reposar el alma.
Cuando en esa sentencia que acurrucada aguardas y sobrevives en luchas, en injustas batallas.
Cuando ves que la luna con su luz te guarda y notas nocturnas hacen vibrar mi barca.
Cuando el reposo calmo no llega y en tal tormenta la deriva aguarda.

Es buscando esa calma cuando la pena se rompe, el alma se enerva y ausente de lógica te levantas y remas, en ese continuo vaivén lleva la huella desgastada hasta la mas solitaria lejanía.

Y ya no luce el faro que tú encendiste como antaño, imágenes silenciosas de un antiguo abismo que pensé hueco, y con puente invisible sin saberlo atravesé.

Hoy, llegando a la orilla sin estancia permanente retomo mi vida ya no olvido que te he olvidado, sigo navegando, sin amor,  con apenas esperanza.

Cuando veo aprendo, cuando no lloro veo el brillo de la luna, cuando tu falsa luz se apaga, la luna calma esa borrasca y me guía hacia mi propia luz, cuatro años apagada.


Carmen

2 comentarios:

Mtx dijo...

Quiza llego el momento de dejar curar esas heridas.
Un saludo

Anónimo dijo...

Difícil curar ciertas heridas, pero hay que intentarlo.
Me ha gustado como escribe.
Saludos
anamorgana